Si yo fuera presidente… 
 (Un breve discurso sobre la educación en México)


 LA IMPORTANCIA DE LA EDUACIÓN (destacando las Tesis Universitarias)
Si yo fuera presidente de México, se me ocurriría decretar (sí, un decreto y no un proyecto de ley que, como ‘bolita’, se pasea entre ambas cámaras); se me ocurriría –repito– decretar que la elaboración de la Tesis en los universitarios fuera, nuevamente, un requisito ‘sine qua non’ para obtener el título de Licenciado y otros similares; pues el propósito de aquella costumbre que se pretende erradicar, es, precisamente, que el que pretende el título de Profesionista demuestre que es capaz de idear, razonar, leer e investigar, elaborar y redactar (con impecable ortografía) un pequeño libro que aglomere y resuma todos esos años de estudio (caramente pagados con tiempo, dinero y esfuerzos) que se han invertido en la vida del aspirante a certificación. Recordemos que las licenciaturas son consideradas dentro del género de estudios superiores. ¿Qué no alguien que puede nombrarse como un estudioso superior debiera ser persona digna de admiración y respeto? Y es que, sinceramente, ¿de qué sirve simplificar la obtención de un título si el titulado no es capaz de poseer las cualidades que debiese tener una persona que es avalada por dicho documento? ¿Por qué es que hemos de devaluar algo tan preciado (repito, que caramente hemos pagado con tiempo, dinero y esfuerzos) como lo es la credibilidad de la verdadera y eficaz educación de nuestro país? 




LA EDUCACIÓN TRIPARTITA
Francamente, creo que el renombre de un país ante el mundo (hablando de la emanación de elegancia, admiración, respeto, credibilidad y confianza internacional) estriba en la calidad de su educación (educandos, educadores y educados): 

1. En cuanto a educandos.- no se trata de CANTIDAD de estudiantes, sino de la CALIDAD de los mismos: por definición, el concepto de ‘educación’ trata sobre la acción de educar, y el arte de educar requiere conocimiento, experticia, creatividad, ingenio e iniciativa suficientes para mantener vivo y activo el interés del estudiante y, así, éste sea capaz de entender y retener lo que aprende. 

 2. En tanto a los educadores.- podemos resaltar que, aunque hagan falta quienes eduquen, no podemos producir un profesorado masivo y en serie sin el conocimiento ni la experiencia necesarias, todo con el simple propósito de atestar las aulas escolares para engañar a la sociedad mexicana diciendo que “la educación en México aumenta” (y sí aumenta, pero sólo en número de estudiantes y no en la precisión adecuada de la formación estudiantil): 

 • Primeramente, la educación (por lo menos la superior) es algo que debe conseguirse mediante el esfuerzo del alumno y no mediante la posibilidad (o la imposibilidad) económica que tenga el alumno (o sus padres/tutores); ya que, sinceramente, creo que se tiende a apreciar más aquello que se obtiene mediante esfuerzo y no aquello que se consigue sin dificultad alguna; y 
• segundamente, la proliferación no-supervisada de maestros sin vocación, sin pasión, conlleva a una educación ineficiente y nefasta, pues, al no poseer motivación alguna para enseñar, la calidad de las clases impartidas decrece, lo cual aburre y hastía al alumno, cosa que desemboca en una retención únicamente parcial y no total del conocimiento por parte del estudiante: es decir, una enseñanza mediocre (que no superior). Así, los educadores se vuelvan egoístas y desinteresados: poseen una prioridad en su solvencia (su salario) y no en que el alumno aprenda y, realmente, que aprehenda el saber: de ahí que devengan los profesores marchistas, los docentes insatisfechos e inconformes, y las huelgas sindicales, las cuales terminan perjudicando gravemente a la constancia del estudiante. 

3. Finalmente, hablando de los educados.- no podemos tolerar el hecho de confiar el futuro de nuestra patria a la ‘pluralidad’ de profesionistas que existen en nuestra nación, sino en la eficacia exitosa de la enseñanza que hayan adquirido: se deben formar verdaderos líderes emprendedores mexicanos que, apoyados y armados con la cultura, información y experiencia suficientes, den pie a la creación de PYMES que puedan crear empleos y oportunidades para otros mexicanos; pues solamente mediante esa relación de “patrón.mexicano-empleado.mexicano” podemos asegurar que el dinero que se produce en México se quedará, se invertirá, se ahorrará, se gastará y se movilizará en México y, así, se impulsará, correrá, se beneficiará y se retroalimentará la economía mexicana. Y es que la economía (en constante acenso) es lo que hace crecer a un país; de este modo, teniendo mayores posibilidades pecuniarias, el Estado puede invertir progresivamente en una mejor calidad de vida para el ciudadano mediante programas benéficos tales como subsidio, pensiones y becas que cíclicamente (conforme a lo ya explicado) produzcan mayores oportunidades de superación del sujeto (en tanto a persona individual como a ciudadano parte del Estado): a mayor la calidad del pueblo, mayor la calidad de la nación. 

RESUMEN GENERAL 
En primera, un país preocupado –y ocupado– por la educación de sus habitantes, es una nación que aumenta su credibilidad frente al mundo globalizado, lo cual inspira confianza: aquel que sabe, puede: quien conoce, compite y se supera; la educación es algo que se admira, que atrae y que seduce a la inversión extranjera, lo cual enriquece a las arcas nacionales. Como segundo punto, diremos que la educación es tripartita: educandos, educadores y educados; y las tres partes deben tener como objetivo principal la calidad y no la cantidad de los suyos. Finalmente, la educación debe ser generadora de emprendedores.

CONCLUSIÓN 
Un país que enfoca sus prioridades en la educación, es una nación con futuro.