El Último del Año...


Bueno, pues quería dejarles un pequeño presente para terminar el año: Un pequeño video...

Primero grabé desde mi celular con un efecto; luego quise editarlo pero no lo leyó el programa por estar en formato "mp4". Entonces busqué en internet alguna página para poder convertir el archivo. Tuve que intentarlo con tres o cuatro distintas. Finalmente, cuando logré convertir el archivo, resultó que mi computadora carecía de un "codec" para poder ser visto. Por lo tanto, traté de bajar el archivo convertido de distintas formas... Me fue imposible...

Intenté bajar el "codec", pero resulta que Microsoft ya no trabaja con ese proveedor. Me decidí a buscarlo por otro lado, pero, antes, me metí a algunos foros en la red para ver qué tan confiable era descargar dicho archivo.

Para no hacerlo más largo, finalmente descargué el bendito "codec". Mas, justo cuando lo iba a instalar, me percaté de que era un formato ".exe", por lo que bien hubiera podido ser un virus... Y entonces divagué: "¿Vale la pena que sea un virus y se pudieran destruir todos tus archivos?"

Y llegué a una conclusión: Los que somos de "Pablo Letras y Sus Disparates" no necesitamos de cosas elegantes; no juzgamos...

Sin más, les presento el resultado de toda esta operación: Un video espantoso y una calidad de audio terrible, pero con una buena canción de fondo, que toco para todos ustedes...

¡Feliz Año y muchas gracias por todo su apoyo!



Con esta entrada de blog, sumamos en total 76 entradas en este año... nada mal, ¿eh? ( visita todas las entradas en http://www.pabloletras-letras.blogspot.com/ )


Para ver tu regalo (EL VIDEO):

Sección de videos de "Pablo Letras y Sus Disparates":


http://www.pabloletras-videos.blogspot.com/


Canción: Live (fight for your dreams)

No Ayudes a La Gente...


Fotos de Pablo Letras y Priscila Yañez

El otro día estaba platicando con mi novia, tomando un café en el centro de Tlalpan en la Cd. de México (para todos mis lectores en el extranjero; especialmente en Colombia), y llegamos a un punto reflexivo que nos obligó a hablar sobre varios asuntos humano-filosóficos, y saltaron a la conversación varios temas…
A continuación, la conclusión de uno de ellos…

Hay altruismo en el hombre, lo sé… Aunque en su mayoría existe egoísmo en las almas humanas, hay cierta parte en nosotros que nos aguijonea el corazón y nos exhorta a ayudar a los demás. Aún cuando alguien pueda tener un carácter que se nos antoje a un ego-centrista pleno, siempre habrá una pequeña partícula humanitaria, una hospitalidad, una humildad, que le instará a ayudar a los de su especie…

Pero esto no es suficiente… Aunque queramos ser caritativos, no se trata únicamente de ayudar por ayudar. Aún cuando nuestra intención pudiera ser cien por ciento pura y desinteresada, debemos pensar en las consecuencias de nuestros actos.

Bien conocido es aquel dicho que reza: “Más ayuda el que no estorba”; y es cierto… Si no tienes la capacidad de ayudar realmente, es mejor apartarte del camino y darle cabida a aquellos que poseen esa destreza suficiente; el simple hecho de aceptar que no eres capaz bastante, ya es comenzar a auxiliar en el asunto…

Para poder realmente socorrer a alguien (o a algunos), debemos pensar en las consecuencias de nuestros actos. ¿De qué serviría gastar nuestros ahorros en viajar a un país pobre para alimentar a los habitantes? En ese caso, sería mejor enviar la comida…

Ahora bien, ¿de qué sirve alimentar a una comunidad, si al cabo de un tiempo volverán a tener hambre? Es fútil darle de comer a un águila si posteriormente la soltarás en un hábitat salvaje: Hay que enseñarle a cazar su propia comida.

Querido lector, hacer un bien humanitario, no estriba en ayudar a la gente, sino en enseñarle a la gente a ayudarse a sí misma…


Les deseo unas inigualables fiestas decembrinas y los invito a contestar un brevísimo cuestionario que creé para ustedes y, así, mejorar el blog de "Pablo Letras y Sus Disparates".

Sus respuestas serán totalmente anónimas; no necesitas dar ningún dato personal:

La encuesta se ubica al final de esta página...

Querido Santa Claus...


Querido Santa,

Yo sé que hace mucho no te escribo, y el motivo es porque, no sé realmente cuándo, pero dejé de creer en ti; comencé a dudar de tu existencia y comencé a ver al mundo con ojos humanos, reales y verdaderos, donde la fantasía y la magia no existen. No obstante, creo que nada pierdo en tomarme unos minutos para enviarte esta carta, pues guardo una pequeñísima esperanza de que tal vez, y sólo tal vez, tú existas y, siendo de esa manera, puedas ayudarme a resolver un problema muy grande con el que me enfrento ahora que he crecido…

Para empezar, yo te quiero pedir ser rico... pero no en el sentido en el que el hombre lo entiende; es decir, no te pido tener mucho, sino necesitar poco.
Deseo que, aunque mucha gente me exija madurar, crecer y adaptarme a la sociedad, no permitas jamás que renuncie a mis sueños, pues cada palabra/consejo que escucho de ellos, amedrenta a mis metas y me aleja de quien, creo yo, podría ser una persona enorme...

Permítele a la gente tomarse unos minutos para reflexionar sobre su propia persona; deja que se hagan una pregunta a sí mismos: "¿Qué tan grande es mi objetivo de vida?". Concédeles ampliar sus límites y creer en sus propias capacidades.

Creo que, en realidad, lo que quiero pedirte son los medios necesarios para hacer brillar mi talento e intentar cambiar la ideología del mundo...

Te pido también que quites esa conformidad que lleva de la mano la confianza, pues muchas veces devaluamos la confianza a un nivel en el que la gente confía tanto en alguien, que, en primera, se deja de admirar a la persona confiada y, segunda, existe tanta seguridad de amistad y amor, que pensamos que en cualquier situación se nos debe perdonar una traición...

Inyecta en el humano esa admiración, ese sentimiento que nos permite aprender, día a día, algo de alguien a quien ya conocemos de toda la vida...

Te pido, estimadísimo Santa, que la gente aprenda a no juzgar, aún cuando sea un acto que nos dañe directamente, pues constantemente juzgamos el "qué" y nunca el "porqué" de las cosas... Santa, pienso que para juzgar a alguien tendríamos que haber vivido toda su vida para entender el porqué hace las cosas que hace, y como esto no es posible, jamás tendremos las bases suficientes para hacer justicia en nuestros pensamientos.

¡Ay! Santa, tantas cosas quisiera pedirte... Pero, por el momento limitémonos a estas que menciono... Quisiera rogarte que cambiaras al mundo, su forma de pensar, sus reglas, sus fronteras... A veces siento que el pensamiento del hombre es tan pueril que aún razona como adolescente... Los países parecen niños peleando por la paleta más grande y engañándose a sí mismos... Creo que el hombre debe superarse a sí mismo hasta el punto de entender que sólo podemos lograr cosas imposibles cuando nos ayudamos unos a otros, teniendo una meta en común...

Santa, quítale ese orgullo, ese ego al hombre que le hace pensar como un individualista... Muéstrale que un sistema capitalista (y no quiero sonar a comunista, ni fascista, ni socialista, ni feudalista, etc...) no sirve, pues es una carrera tan personal, que, fuera de ayudar a otros, maquinamos constantemente las formas de manipular, oprimir, chantajear y pisotear...

No soy economista (todavía...), Santa, pero estoy seguro de que, con esta increíble mente que tenemos, no debe sernos tan difícil elaborar algo que no inculque la desconfianza entre la gente...

Y ya... no quiero... bueno, sí quiero seguir, y podría escribir un libro entero, mi querido compañero del Polo Norte, pero no debo más...

Bueno, gracias por prestarme tus ojos unos segundos... ¡Feliz Navidad y paz… sí, mucha paz a los hombres!


Sinceramente creyendo en ti,
Pablo Letras


P.D. Yo sé que no eres ningún Dios para poder arreglar todo esto que te pido, pero, de cualquier modo, casi nunca me traías lo que te pedía en mis cartas cuando yo era pequeño… aunque siempre me sorprendías… Santa, este año, ¡sorpréndeme como nunca!

P.D.2. Si puedes traerme un Hershey de Cookies&Cream, no estaría nada mal... ;)

Pablo Letras les desea unas eximias celebraciones.

Soy Mi Propio Padre

¿Por qué soy como soy? Pregunta que constantemente me hago, como queriendo escarbar en las entrañas de mi alma para descubrir esa esencia que me vuelve único. ¿Quién era ese “yo” antes de aprender tantas cosas, antes de ser inculcado en las artes sociales de la humanidad, antes de ser corrompido por el mundo, antes de ser un rompecabezas de un millón de piezas que adquirí, una a una, de cada persona con la que me he rodeado? ¿Quién era esa persona que no pertenecía a ningún círculo social? ¿Cuál esa misma y única cara que no tenía que preocuparse por mutar modales ni gestos para los distintos ámbitos sociales? ¿Qué es eso que me hace único y de dónde vino?

Y esto no es cosa fácil… Se trata de la técnica cartesiana, el existencialismo, el método del “porqué”, el cuál empieza en algo sencillo y termina por hacerse preguntas complicadas que se derivan de ese primer cuestionamiento: ¿Por qué hago esto…? ¿Por qué soy eso que me hizo hacer esto…? ¿Por qué sucedieron esas circunstancias que me hicieron lo que soy y que me llevaron a hacer esto…? Etcétera…

Se trata de una especie de psicoanálisis personalísimo, el cual tiene como objeto despojarse, poco a poco, de todo lo aprendido, todo lo inculcado, toda moral, toda verdad, todo, todo, todo, para regresar a ese niño que tiene una esencia pura, intocable, incorruptible, original, humana…

Y en uno de esos viajes de preguntas (que aquí es donde quiero empezar mi punto), un amigo me dijo algo que me intrigó mucho: “Mi padre murió cuando yo tenía cuatro años… ¿Qué se siente tener un padre?”. Y en ese momento lo que pude contestarle fue lo siguiente: “Para mí, la figura de padre es ello que me lo dio todo, y que nunca pude retribuirle nada, pues murió antes de que él y yo pudiéramos entendernos como hombres…” Y supongo, entonces, que cada quien tendrá su concepto de padre…

Verás, querido lector, mi padre murió cuando yo tenía dieciocho años; justo en esa edad (la mía) donde la soberbia se apodera de nuestro carácter, donde nos creemos independientes sin poder realmente ser aquello. Y de lo que más me arrepiento sobre el funesto suceso, es que nunca pude invitarlo por unas copas, a un partido de fútbol en un estadio o una plática sincera que durara hasta altas horas de la noche…

Y después de su deceso, no pude hallar en nadie esa figura paterna que le reemplazara, ni en mi hermano, ni en amigos, ni en tíos… ni siquiera en mi propia madre… Y entonces comenzó una batalla interna entre el saber que, ahora que no estaba mi padre, podía hacer lo que me viniera en gana y, por otro lado, el saber que en algún momento debía controlarme a mí mismo o terminaría siendo un libertino solitario…

Y poco a poco se fue formando en mí una personalidad que no era la mía, sino la de un padre imaginario que me reprochaba ciertos actos míos… Tal vez es por eso que me volví tan reflexivo; tal vez por ello creció en mí esa esencia existencialista de superarme a mí mismo y volverme humano, realmente humano… Me vi en la necesidad de conocerme profundamente a mí mismo para, entonces, poder distinguir entre lo que quería y lo que necesitaba; es decir, formé un carácter que debía guiar a mi otro yo; una personalidad que limitara mis vicios y mis deseos de niño… Y ahora que voy creciendo y me voy volviendo más sabio, ambas personalidades se van conjugando en una sola…

Estimado lector, yo tuve un padre, luego nada, y ahora tengo una figura paterna que ya no me puede ser arrancada, pues solamente morirá con mi propia muerte… Puedo decir que hoy, yo soy yo… Hoy, mi padre vive en mí… Yo soy yo y también soy mi propio padre…

El Respeto a Los Animales (Misiva al Hombre)


Querido hombre,


Te envío esta misiva porque… simplemente no te entiendo… Sé que no tengo esa capacidad de raciocinio como tú la tienes, mas, aún así, se me hace inexplicable tu comportamiento… Todo el día me la paso tirado, sin nada que hacer, hastiado de una rutina inalterable… En ocasiones, el aburrimiento es tal, que siento que no tengo una razón para vivir… Sí, hay momentos en que realmente preferiría estar muerto… Así, sin más… Pero yo no tengo esa capacidad, no tengo ese poder, como tú lo tienes, de acabar con mi vida si yo lo quisiera…

No sé cómo hacerlo ni sé manipular herramientas que pudieran ayudarme con ello… Y ni siquiera tengo ese don que tú tienes para envolverme en vicios que puedan ayudarme a matar el tiempo…

La parte más feliz de mi día, es cuando hay algo que me destierra por unos segundos de mi cotidianeidad: Ora cuando me sirven mi plato lleno de comida, ora cuando busco, olfateando cada mañana en cada rincón del piso del comedor, algunas migajas de tu cena del día anterior… Pero, lo que realmente me hace feliz, es cuando te veo… Ya cuando sales de tu cuarto al despertar y me miras, ya cuando regresas cansado del trabajo o de la escuela… Tu voz dirigida hacia mí me vuelve loco, me encanta, me brillan los ojos y corro de un lado a otro porque no puedo contener ese contento que me haces sentir…

Pero tú no sientes lo mismo… Llegas cansado y ni me diriges la mirada; voy a tu encuentro y con tu mano me despides en un segundo; y yo me quedo ahí, con ganas de que me platiques tu día, aún cuando no pueda entender lo que me dices, porque requiero de atención… No eres el único que tiene esa necesidad de sentirse querido… Todos los seres vivos tenemos esa necesidad natural de buscar a seres amados… Pero pienso que tú no me quieres a mí… o por lo menos no tanto como yo te amo a ti…

Hombre, tienes que entender que tú eres mi mundo, eres todo lo que conozco, vivo para ti y vivo de acuerdo a tus caprichos…

La peor parte de mi día es cuando tú te vas, porque no sé cuándo volverás… Hay ocasiones en que te vas de viaje, y me quedo solo días enteros sin saber una noticia de ti, y entonces me carcome el miedo de pensar que tal vez un día no vuelvas… Yo no soy tan fuerte como tú; yo no puedo prender la estufa de la cocina para hacerme el desayuno o abrir un simple paquete de galletas para degustarlas con un café… ¡Carajo, yo no sé ni preparar un café´; no sé ni lo que es tomar eso! No, yo siempre, todos los días, como lo mismo, porque es lo que a ti se te antoja darme… Y muchas veces me compras la comida más barata que encuentras porque, de algún modo, crees que no merezco degustar lo que se pasea entre mis dientes… Y luego, si no como eso porque no me gusta su sabor, te enojas…

Y sí, cuando te enfadas me da pavor, porque no sé si hoy tendrás esa necesidad de desquitar tu rabia del día con el poder de tu mano sobre mí… Esa mano que tan bien me acaricia cuando me acuesto a tu lado… hasta que te hartas de mí y me bajas del sillón o de la cama… Y me regañas, cuando la mayoría de las veces no sé ni qué es lo que hice mal… Créeme, lo último que quiero en esta vida es hacerte daño… Te repito, lo eres todo para mí…

Me encantaría que te tomaras unos minutos para sacarme a pasear o para jugar conmigo… ¿Cómo es posible que no te emociones cuando me ves, cuando yo todo el tiempo estoy esperando a verte? Para ti los minutos son nada, pues estás constantemente ocupado en algo; para mí, los segundos son eternos… Y ni siquiera tengo un reloj que pudiera leer para saber cuánto falta para que regreses…

Hombre, humano, no te entiendo… ¿Por qué me castigas si yo te amo? ¿Qué se necesita para que tú puedas respetar a mi especie? ¿Por qué crees que tu capacidad de razón te hace mejor que yo? Yo no pedí venir a este mundo; yo no pedí estar encerrado en cuatro paredes toda mi vida; yo no quise conocerte y, no obstante, pienso que fue lo mejor que me pudo haber sucedido… Una sonrisa, eso es todo lo que te pido; una dulce voz al verme, no más… Para mí no existe mejor cosa en este mundo que estar entre tus brazos…

Es casi imposible que yo me enoje contigo y, aún así, cuando me molesto, basta que aplaudas tus manos hacia mí y me tienes de vuelta en tus brazos… así, sin más… ¡Dime, ¿quién de tu especie podría perdonarte así de fácil?!

Hay veces en que me amarras con la correa y no te importa si debo defecar… Y si lo hago dentro de tu hogar, por el simple hecho de que ya no puedo contenerme más, me gano la furia de tus golpes…

Yo… yo sólo pido amor… tu amor…

Hombre, amo, humano… por favor, te lo ruego, respétame…

Para terminar, sólo quiero hacerte una pregunta reflexiva, sin que me respondas a mí, sino a ti… ¿Realmente me quieres a tu lado?

Te ama,
Tu mascota.

Trescientas Gracias (o el Nacimiento de Pablo Letras)


De algún modo, sin realmente saber cómo, cuándo o por qué sucedió, este grupo (Pablo Letras y Sus Disparates) nació...
No obstante, sí podemos dar los antecedentes de su creación...

Después de verme envuelto en una rutina fastidiosa, en un círculo vicioso donde trabajaba para sailr de fiesta los fines de semana, y salía de fiesta para olvidarme del trabajo, decidí crear un grupo de apoyo... ¿Cómo romper con esa fastidiosa cotidianeidad? Viéndolo de ese modo, sólo tenía dos opciones: Dejar de trabajar o dejar de "enfiestar" tanto...

No obstante, sabiendo que talvez no tenía la voluntad suficiente para lograrlo, creé un grupo llamado: "100 personas en este grupo y dejo de tomar 3 meses".

Y no sé si a mi pesar o para mi alivio, las 100 personas se juntaron mucho más rápido de lo que pensé... De hecho, se juntaron alrededor de 120...

En esos meses de abstinencia, decidí ir comentando cómo iba logrando el acometido a los del grupo...

Hubo momentos en que la gente comenzó a abandonar el grupo; pero, hubo muchos más que comenzaron a sentirse identificados con mis letras...

Lentamente, el grupo tomó cierta seriedad disparatosa y los meses de abstinencia habían concluído... No podía dejar morir esta comunidad...

Pronto el nombre del grupo se convirtió en lo que hoy conocemos... "Pablo Letras y Sus Disparates", un lugar que basa su locura en dos sencillos slogans:


"Sal de la rutina... gratis..."

y

"Hoy una reflexión... mañana una sonrisa..."


Es increíble que lentamente este grupo comience a sentirse como una comunidad donde todos compartimos algo, todos tenemos una esencia en común: Ganas de reflexionar para hacernos de una vida mejor.

Hoy, el grupo ya tiene un Blog que comparte libros, música, fotografías, vídeos y, por supuesto, setenta entradas de blog de estas letras... ( http://pabloletrasysusdisparates.blogspot.com/ )

Gracias, muchas gracias a todos... ¡Trescientas gracias!, pues hoy ya somos trescientas grandiosas personas que buscamos hacernos grandes, sabios y, sobre todo, más humanos...


Queridos lectores de disparates, sigamos con el afán de hacer crecer este grupo; pues talvez, sólo talvez, algún día, podamos hacer algo grande para este mundo... No dejes que las personas que te han marcado una sonrisa en esta vida se queden sin poder salir de su rutina... gratis...

Invita a todos; sí, invita hasta al perro de la casa de tu vecino a unírsenos, y permiítele hoy reflexionar, para que mañana pueda sonreir...

John Lennon (como hombre)




Siendo que hace treinta años murió una de las personas que más admiro, decidí escribir algo sobre él; decidí redactar en letras cómo veo yo a este personaje... es decir, me llevé a la tarea de que vieran un poco la humanidad de Lennon... Es decir, en otras palabras, decidí hablar, no sobre el famoso músico, sino sobre el gran hombre que fue...

Sin más...


“Imagine”… Palabra dulce, acogedora, libre y tan vivamente poderosa que todos los sabios coinciden con ella… Bien decía Einstein que la imaginación es más importante que el conocimiento; y es que sólo imaginando podemos hacer realidades. ¿Qué sería del hombre si nunca hubiese imaginado construir un techo bajo el cual vivir? ¿Qué sería si el hombre nunca hubiera imaginado la rueda para utilizarla como transporte? Si Gutemberg no hubiera soñado con la imprenta, Bell con el teléfono o si a Edison no se le hubiera prendido el foco (en alusión con intención de comedia: chiste)… ¡Si Beethoven no hubiera imaginado las notas perfectas para su sonata N°14! Imaginen qué seríamos si nadie hubiese inventado una red mundial donde todos pudieran comunicarse unos con otros en tiempo real, donde todos pueden saber lo que hago a cada minuto si yo deseo publicarlo en Facebook; qué sería si nadie hubiera pensado en esa red llamada Internet, donde justo en este momento, yo, sentado frente a la computadora, tomando un exquisito Gentleman Jack y fumando un habano Fonseca (alguien imaginó e hizo real el que algo que pudiera rolarse y fumarse); yo, en este mismo instante, pudiera imprimir estas letras para que las leas en este minuto y pudieras saber qué siento y pienso en este momento…

Si les digo que sueñen con un mundo de paz, sin guerras, sin fronteras ni religiones, en donde no exista el hambre y donde no habría ni una sola batalla, puesto que no habría nada qué envidiar… Si hago esto, si les dijera ello, pocos serían los que no se reirían de mí…
Y si, todavía, frente a su risa, me atreviera a comentarles: “Puedes reírte; puedes pensar que soy un soñador, pero, créeme, no soy el único: Hay muchos en el mundo que no se reirían: El que muere de hambre, el herido en batalla, los que pelean por sus diferencias religiosas o los que se avientan unos a otros intentando escalar la colina del poder, como si fueran un “fool on the hill”… Sólo espero que un día te unas a nosotros, los soñadores, los que imaginamos… por que así, sólo entonces, cuando las personas dejen de reírse por creerlo utópico, solamente así, lograremos que este sueño se convierta en realidad”.

Y, de todos estos personajes grandes, hubo alguien que no tuvo miedo de ser el predicador oficial de ello, su estandarte, su “walrus”; alguien que afirmó que todo es posible si se encuentra dentro de los parámetros de la imaginación del hombre… y luego, la imaginación no tiene límites…

Y se atreven a decir que solamente fue el “frontman” del grupo más importante en la historia de la música… fue mucho más que eso. “Sólo estoy sentado viendo las ruedas girar”; un momento de reflexión donde probablemente pensaba que, después de tantas invenciones y descubrimientos, de tanta evolución tecnológica del hombre y de todo su pasado; después de tantos problemas y mentes y risas y pensamientos, todo se resume en algo sumamente sencillo: Amor y paz.

Y luego todo mundo culpa a su esposa (Yoko) por deshacer el grupo, siendo que finalmente él, después de tanto, encontró el amor verdadero, que era justo lo que él predicaba. Y fue entonces donde explotó su creatividad y se lanzó como líder en pro de la paz y el amor en el mundo.

Y la banda más popularmente explotada (mercadotécnicamente) fue perdonada por decir que eran más famosos que Jesús (siendo que tenían toda la razón de afirmar ello en ese momento); ese gran grupo fue perdonado por hundirse en LSD; pero no pudieron perdonarle a él por encontrar a su amada y pasar el tiempo con ella.

Y cuando todo mundo se le echaba encima por disolver al mejor grupo musical parido hasta ese momento; cuando le llaman loco, flojo; él solamente se levanta en unas cuantas canciones diciendo: “Tranquilos, sólo quiero pasar mi vida viendo sombras en la pared y observando la rueda girar; quiero vivir tranquilo, pues he encontrado lo que siempre busqué: El amor… Deberían intentarlo; se darían cuenta de cuan felices pueden ser… No, no creo en nada, ni en Dios, ni en ningún personaje bueno o malo en la historia, ni siquiera creo en esa banda que ustedes adoran y que me culpan de matar, sólo creo en mí y en mi esposa.”

Y entonces, la gente vuelve a amarlo, pues, ¿cómo negarle el amor a alguien, y más a aquel que enseñó al mundo a ver todo desde un lado más humano?

¿Qué le habrá dicho Yoko a John que tanto lo cambió? ¿Qué le hizo entender en su cabeza para que le amara tanto? Quiero pensar, viéndolos como hombres, que un día estaban fumando marihuana, o extasiados con LSD, cuando ella le dijo algo como: “John, tú que eres tan famoso, tan popular; tú que probablemente seas la persona más importante del mundo en este momento; tú que tienes al mundo entre tus manos, ¿por qué no intentas despertar al mundo? Si todos te escuchan, ¿por qué no intentas predicar el fin de la guerra? ¿Por qué no usas tu poder para esparcir la paz y el amor en la Tierra?”

Y entonces Lennon se dio cuenta de que tenía la oportunidad para crear un mundo mejor… y lo hizo…

Y toda esa filosofía tan extraordinaria de esa pareja, ese pensamiento de esos sorprendentes corredores de la carrera de la humanidad, se ve reflejada en su hijo Sean: un excelente músico que lleva ese estandarte de haber superado las barreras sociales y que quiere gritarle al mundo, pero éste aún no lo escucha… Esperemos que algún día suceda… Veámoslo de este modo, si John y Yoko ya le enseñaron a él todo lo que sabían, entonces Sean tiene la capacidad de llegar a ser más grande que ellos…

Dicen que John tuvo una muerte trágica; pero en realidad su muerte fue trágica por que su vida fue feliz y libre…

Querido maestro, amigo, hermano… Descansa en PAZ, hasta que vuelvas a los brazos de tu AMOR…

Por Un Beso


Un pequeño poema que hice hace algunos minutos para todos aquellos que tienen un amor semi-platónico, a todos ellos que cortejan y a todas ellas que gustan de ser cortejadas...



Por Un Beso

Fácil… fácil sería tomarte y besarte,
atacar a tus labios con la guerra de los míos,
así, sin más, lo quieras o no,
tomarte y hacerte rendir ante mi beso…

Pero no… No basta besar porque yo lo quiera,
pues para un beso se necesitan dos,
dos almas que gritan conjugarse
y hacerse uno solo en un momento sempiterno…

Tan cerca estás de mí, a nada de robar
el dulce néctar que secreta tu boca,
esa boca que habla, que ríe, que prueba…
Es la entrada a esa esencia tuya… y que adoro…

Si fuera un animal, ya te tendría entre mis brazos,
forzando un ósculo para satisfacer mis deseos…
Mas no, siendo un hombre, también poseo un ego,
ego que debo enaltecer al saber que tú también me pides,
tú también me quieres, me buscas, me sueñas…

Por un beso tuyo, bella dama,
podría gastar la fortuna que no tengo,
pero que persigo para volverte reina,
ama de mi todo, de mi mundo, de mi talento…

Por tus labios, entraré en tu mente
para saberte tus secretos y, así,
salvarte de tus miedos y robarte mil sonrisas…
Me haré a la faena de volverme tu necesidad…

Y seré paciente, aunque cuando te alejes,
cada vez que te vayas de mí, me insulte a mí mismo,
por no haber logrado juntar mis labios con los tuyos…

Pero frente a ti, siempre seré el que quieres ver:
Caballeroso, atento, respetuoso, afable,
Inteligente, interesante y con un toque picaresco…

Mas ten presente, siempre, que jamás renunciaré
a esa sonrisa que amaría juntar con la mía,
pues sé, perfectamente bien,
que, cuando llegue el día esperado,
cuando nos volvamos uno solamente,
entonces, seremos felices… aunque sea por un momento…
Pero yo te aseguro, que será un momento eterno…

Por un beso tuyo
esperaría la eternidad,
pues son tus labios,
la mismísima imortalidad…


La Picadura



Y después de tantas reflexiones, decidí cortar un poco con eso el día de hoy... Opté por obsequiarles un cuento de mi libro "Cuentos Amexicanados".
Sin más, y esperando que estas letras logren su objetivo: Sacarlos unos momentos de una vida rutinaria, les presento...

La Picadura

(Foto obtenida de http://but-we-got-the-music.blogspot.com/2009/12/el-grillo-cantornot.html )

Yo no la maté. Le digo que yo no fui. Ya estaba bien muertita cuando llegué yo. Algún desgraciado le ha de haber metido el cuchillo cuando ésta estaba en el petate. Habrá sido el padre que vio la panzota de la Lupe y se espantó. A la mejor y pensó que iba a estallar su panzota, pues la tenía bien grandota y redonda. A la mejor y así le pasó. Pero yo no fui. Yo no la mate. Se lo juro por mi Cholita.


*

–¡Que te digo que no, mi Lupe! –decía Rigardo, el más destacado de La Grulla, el pueblo que estaba entre Villacanto y Nalpala, pues tenía aquél veinte reses, cinco puercos, abundantes gallinas y un extenso rebaño de lanudas. Le había bautizado así su padre, no porque así lo hubiera querido, sino porque no podía aquél pronunciar “Ricardo”; y el encargado de escribir las actas así le escuchó y así lo escribió; pues no sabía el padre de Rigardo leer o escribir –¡Te digo que no puedo! ¿Qué no ves que yo ya tengo a Cholita y a dos escuincles? No, no puedo, mi Lupe. Yo ya estoy tomado por Cholita. Y, ¡ay! cuidado y le dices tus sandeces, que yo te mato, mi Lupe. Te digo que te mato. Búscate otro que sepa darle duro a la tierra. Dile que lo quieres, nomás pa´ que caiga el condenado. Dile que los chiles ahogados y los hongos dorados te quedan re-sabrosos. Verás que cae redondito el desgraciado. Pero ya no llore, mi Lupe, verá que todo sale re-bonito si se le encomienda uno a la Virgencita. Yo la acompañaría al campanario, pero le digo que no puedo. Si me ve Cholita me mata a mí, pero en antes la mato yo a usté. Váyase ya a rezarle a la Virgen y consígase a otro. Y ya no llore, mi Lupe, no vaya a ser que me ponga colorado y le pegue, nomás pa´ que se calle.

Así le hablaba Rigardo, cuyo rebaño de lanudas era extenso, a Lupe, con quien había dormido ya hace tiempo y varias veces, que no tanto dormir hacían, sino bien activos pasaban la noche y, algunas veces, el día también, cuando se escapaba de su esposa para hacer el adulterio. Pero apenas se embarazó Lupe y aquél dejó de hablarle, ni siquiera le soltaba una mirada ya, pues pena le daba que Cholita se enterara de aquello. Pero más miedo que pena sentía su alma, pues si el padre de Lupe se enteraba, tremendo linchamiento que llevarían a cabo los de La Grulla contra Rigardo. Por eso no le veía ni le hablaba, sólo pasaba.

–Pero es que usté me puso sus manotas entre las piernas. Yo ni le dije que sí ni que no. Sólo las puso. Y yo no le querría pedir nada a usté por aquello. Pues también yo no dije que no a sus manotas. Y no fue una, fueron varias, y ni le dije que sí ni que no. Pero le digo que me picó ese bicho feo y me hizo engordar. Siempre me cuidé de esos, pero éste me picó cuando estaba bien dormida en el petate. Y me engordó. Y así le pasó a mi amá, y por eso le nací yo. Ella me lo dijo. Ella me dijo que esas cosas abultaban el vientre y le daban hijos a uno: Esas cosas con muchas patas que dicen que tienen la cara de un niño, aunque yo no se las veo. Eso me picó. Y yo me lo sé porqué un día amanecí con la panza hinchada. Y me persigné cuando vi la panzota y le fui a ver a la Virgen y me encomendé a ella. Pero no pareció hacerme caso, porque seguí engordando. Y ahora estoy bien redondota. Le juro a usté que yo siempre me cuidé de esas patudas. Le digo que ya no voy con la Virgen porque nomás me hace gorda; a la mejor y ni me escucha por estar atendiendo a otra. Pero yo no le dije que sí ni que no. Y usté puso sus manotas en mis piernas. Y ahora le toca llevarme con el padrecito al altar. Porque yo no le dije que sí y tampoco lo otro. Y un escuincle no puede venir a La Grulla sin un padre que le dé la comida. Por eso le digo que me lleve con el padre. Yo no querría pedirle nada a usté, pero ya me picó esa cosa.

Así le dijo Lupe a Rigardo, quien tenía muchas gallinas; Y ella seguía llorando; Y aquél le pegó y de un puñetazo le tiró al petate. Y luego la mató. Tres veces le encajó el cuchillo en el vientre, donde estaba más ensanchada la panza. Y el suelo se llenó de sangre, de ese rojo bermejo, como el color del guajilllo molido, al igual que sus manos y sus ropas.

Y llegó el padre de Lupe, Pedro, y lo encontró así; y éste casi lo mata de golpes si no hubiera llegado la mamá de Lupe, Cristina, que empezó a llorar como el burro cuando le castran. Y aquél se detuvo y también lloró. Y luego llegaron los demás del pueblo y lo entregaron; aunque primero lo dejaron bien amoratado de la cara y el cuerpo por tantos golpes que la habían dado.


*

–Pero le digo que yo no fui, señor juez. Yo no la conocía. Nomás entré porque me llegó el olor de la sangre. Uno sabe cuando el aire de los muertos está cerca. Nomás por eso entré. Pero ya estaba bien muertita cuando llegué. Yo no fui, señor juez. Se lo juro por la Virgencita que yo no fui.


***

Querido lector, si crees que hay alguna moraleja en este cuento, por favor compártela conmigo...