De La Vulnerabilidad Humana (o La Humillación: etimología de los celos y otras emociones) [SEXTA PARTE]

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EL PREJUICIO DEL HOMBRE 

La ignominia, la humillación, la ridiculización, la vulnerabilidad…
Es aquello que pretendemos condenar frente a los demás como algo inhumano y fatal para, así, querer decir cobardemente entre líneas: “Yo jamás humillaría a alguien”…
Esto, desde luego, con la única intención de verse incluido, de sentir (y he aquí otro concepto importante) la “aceptación” de los presentes dentro de ese círculo falso de humanos que pretenden y fingen ser verdaderamente humanos cuando, en realidad, su felicidad libertina estriba en deshumanizar la personalidad de sus semejantes… Es decir, en el hombre, la dicha propia no es otra cosa que la desdicha ajena… ¿o no…? Mientras más ‘jodidos’ estén los demás, o mientras ‘mejor’ esté yo, más se enaltece mi ego…
¿Es que acaso no primero intentamos hacernos ricos antes de reparar la pobreza de otros? ¿Es que miento cuando digo que sonreímos cuando alguien tropieza por la calle, a modo de burla…? ¡Ah!, y además le prejuzgamos –a tal desdichado– llamándole en nuestra mente silente: “pinche tonto”, “¡idiota!”, “meeenso” o “¡ay!, imbécil”, y ello sólo por el hecho de haber tropezado…
¡Uf, como si existiera alguien libre de infortunios! ¿Acaso somos merecedores suficientes para ‘arrojar la primera piedra’?

Y es que siempre vemos el “qué” de las cosas…:
–¿Qué hizo?
–Se cayó…

y nunca el “porqué”:

–¿Por qué se cayó…?
–Tal vez sufrió un espasmo muscular…

Si juzgar ya es cosa de estúpidos, ¡tamaña idiotez la nuestra al prejuzgar!

Sí, así es, querido Leedor, más imbéciles somos nosotros que nos reímos de aquel que, sin tener nosotros base alguna, le hemos denominado como “imbécil”; pues, finalmente, desconociendo absolutamente todo acerca de aquel al que le fallaron sus pasos, somos lo mismo que aquel que, sin entender la esencia de una broma narrada, se ríe disimuladamente a carcajadas para ocultar su ignorancia, ya que, (y en esto no somos tontos) sabemos bien que si nos mostramos como iletrados, seremos presa fácil de aquella humillación comunal (de la que tanto hemos hablado hasta ahora)…