Las Angustias de Dios -o crónica de una mente despertando - (SEGUNDA PARTE)

Pronto empecé a darme cuenta de lo estúpido que había sido yo en entregarme tanto a una labor interminable…

¿Cuándo (continué) habrá de terminar esa faena de ascender de posición y de aumentar mis ingresos pecuniarios mientras me rompo la espalda…? 

Y justo al pensar en "romperme la espalda" recordé ¡que ni siquiera me daban la prestación de un seguro médico decente!

No imaginé una solución a la cuestión planteada con anterioridad, y pronto comenzaron a llover preguntas en mi mente, al mismo tiempo en que se desataba una tempestad sobre la ciudad …

¿A dónde (proseguí) me dirigía en la vida? ¿Cuáles eran mis metas? ¿Cuáles mis sueños? ¡¿Cuál era mi razón de vida?! ¡¿Para qué existía…?! Entre tanto universo y entre esos infinitos eones de eternidad, ¡yo había destruido el significado del milagro de vivir y lo había reducido a ser un ente, o una “cosa” animada, cuya capacidad de asombro ante las maravillas del mundo había sido extirpada y que, por alguna loca idea de encajar en un sistema económico, había decidido dejar que el tiempo pasara a su lado como un río silencioso… 
¡¿Cuándo había sido la última vez que había planeado un viaje para conocer todos esos ocultos y fascinantes rincones del orbe?!

Una pausa reflexiva… Luego mi entrenada ética de empleado me inyectó un temor en el alma y mi sangre se transformó en un afluente helado que corría por mis venas…

Pero (pensé), y si renuncio, ¡¿qué voy a hacer?! ¡¿Cómo habría de sostenerme en esta vida, en este mundo, sin un empleo, sin un trabajo?!

Me deshice inmediatamente de aquella idea: ¡quería liberarme de mis cadenas!

¿Por qué gastaba mi vida de esta manera? ¿En verdad sería reconocido mi trabajo en algún momento, o se trataba sólo de algo que yo había idealizado en mi cabeza y que me convencía a mí mismo que habría de suceder…? ¡Había escuchado yo de tantos casos de injusticia laboral! Tanto nepotismo… Tantas “palancas”… Tantas promesas y tantos retardos por cumplir aquello… Tantos despidos injustificados… Tanta frialdad hacia la vida personal de los empleados… Tanta explotación… Tanta desigualdad… Tan poco remordimiento… Tan impersonales relaciones… Tanta injusticia que pretende ser invisible e invencible por costumbre, por amenaza, por temor, por falta de coraje, por falta de voz y por falta de seguridad en nosotros mismos…
Mas no: es un mundo bien establecido y no hay lid que prevalezca, no hay pelea que no sea ahogada, no hay acciones que no sean torcidas por los medios ni grandes ideas que no sean arrebatadas y plagiadas… Somos una especie de esclavos inculcados con la idea de poseer una libertad plena; estamos bajo el yugo de reglas infinitas que nos son imposibles de aprender pero que debemos conocer; debemos ser de un "cierto modo" o seremos desterrados, rechazados… ¡Nos alimentan con falsos ideales y valores que debemos perseguir porque somos -supuestamente -“humanos”; porque somos “un pueblo unido”!

La idea general es que debemos aguantar toda ofensa que sea “justificada” bajo la máxima de mantener la “armonía social” de un Estado…


La lluvia continuaba y, recordando que venía yo manejando, me alerté nuevamente mirando a través del parabrisas… ¡Había equivocado el camino! Mi distracción me había llevado a tomar la ruta más larga hacia mi casa…


Tenía sueño, tenía hambre…

(continuará...)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Comentarios? Por favor...