Elogio al Elogio de la Estulticia: La belleza de ser loco

No pocas personas son las que me han dicho: “Estás loco”, acompañado aquello de una sonrisa y cierta incertidumbre en los ojos. Sinceramente, a casi todos nos gusta que nos lo digan de vez en cuando, pues, de cierto modo, quiere decir que no somos un hombre más en este mundo, sino alguien fuera de lo común; es decir, ser loco es, de alguna manera, ser extraordinario.

Mas, ¿qué es, exactamente, estar loco?

Dejando atrás lo que pueda referirse a algún trastorno mental agudo, podemos decir que es aquella persona que sale de lo obvio, de lo normal, de lo acostumbrado, para convertirse en alguien digno de curiosidad ajena.

Me gusta pensar que todos tenemos cierta locura atrapada en nuestras mentes, pues cada quien tiene un mundo interno que únicamente quien lo posee puede entenderlo; por lo tanto, todos somos dignos de un punto curioso del cual alguien pudiera enamorarse en algún momento; todos tenemos algo que enseñar a otras personas, aunque no todos lo puedan escuchar.

Aquel es loco por salir a correr a las cuatro de la mañana, y el otro más por despertarse hasta entrada la tarde; uno no es cuerdo por trabajar tanto, el segundo tiene problemas mentales por nunca trabajar.

Todos poseemos cierto grado de locura que nos hace ser humanos; y hay muchos quienes intentan serlo más para tratar de escapar a su propia humanidad. Es decir, en un ejemplo, muchos pueden hacerse los huraños y encerrarse en mil libros para creerse más que los demás, creerse extraordinarios, unos súper-humanos que no merecen a los ordinarios; pero la locura, inevitablemente, contrariamente a lo que se piensa, no nos aleja de un humanismo, nos acerca.

Bien decía Erasmo en su “Elogio de la Estulticia” que el hombre es loco por esencia pura y no hay que luchar contra ella, pues ello nos hará felices: "Así como el caballo no es desdichado por desconocer la gramática, así tampoco el hombre es infeliz por ser loco, pues esta cualidad se encuentra en su propia naturaleza."

Desde luego, hay quienes tenemos aquella indómita sensación de sostener a la estulticia a cada momento, pero la realidad es que no es que seamos más o menos locos, sino que hay quienes realmente disfrutamos de esa demencia y la abrazamos para no perderla jamás.

Me gustan los disparates; me agrada el interés por lo absurdo; amo ser loco, pues me lleva cada día más cerca de ser como realmente soy en esencia; la bobería nos lleva a nuestro más recóndito lugar en el alma para encontrarnos con aquel niño sencillo que sólo quiere conocer y disfrutar de la vida.

Querido lector, anímate a ser desentendido y a no juzgar a nadie por ello; dicen que la verdad nos hace libres, pero únicamente libres racionalmente y tristes emocionalmente; lo que realmente conduce a la libertad es la locura…

Amigo mío, vuélvete loco y disfrútalo, pues la locura lleva a la libertad; la libertad a la felicidad; y la felicidad a amar la vida y al mundo en cada molécula que guarda.

Buenas noches, querido pabloletrahabiente. Te deseo una vida divinamente loca…

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