Detente...

El otro día estaba platicando con alguien de ustedes... de Colombia, para ser exactos. Es agradable saber que, aquí o en China, por más tirano que alguien pueda mostrarse, siempre habrá algo, una esencia personal, que nos convierte en humanos.
Y este pensamiento surgió cuando esta persona especial y yo hablábamos un poco sobre el arte, de cómo te libera de todo, pues en ese momento te concentras en un punto donde nada existe, sólo tu verdadero "yo", tu "yo" sincero y real.

Finalmente, prometí hacerle un poema sobre aquello. El resultado, esta sencilla prosa:


Detente

Detén el tiempo.
Aunque éste pase,
para un momento.

Hay un camino que libera todo;
hay un lugar donde nada pasa,
nadie anda, y el tiempo…
el tiempo no transcurre.

Detén el mundo.
Aunque éste gire,
para su curso.

Hay una senda que no lleva;
hay un algo que nada es,
pero te llena, te libera y…
el tiempo no recurre…

Detén tu mente.
Aunque ésta piense,
mantenle silente.

Hay un limbo personal
que viene del alma
hacia un punto exterior focal y…
el tiempo no te escupe.

Detenlo todo.
Aunque pese a todos,
conócete un poco.

Hay una esencia libre,
donde eres verdadero,
sincero y mono-forme, y el tiempo…
el tiempo es tu arte.

Detente…
detente un momento…
un eterno momento silente…

Detente…
la libertad es una arte,
pero arte a más, es volverte libre…
libre de todo, libre de nada,
libre del mundo, libre del alma,
libre de gente, libre de plata,
de tus problemas que te delatan,
de las presiones que tanto matan,
libre de frío, libre de farsas,
libre del fin y lo que pasa,
de personas insensatas,
del lenguaje y sus erratas,
de las leyes que se acatan,
libre del fracaso que te gana,
libre, libre, libre y, más, nada…

Detente…
Crea tu puente,
crea tu tiempo,
crea tu mundo,
crea tu punto,
tu momento
donde naces y mueres…
libre…


Querido lector, que tengas un excelente fin de semana... libre.

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