Buenos días, queridos pabloletrahabientes…
Al parecer, nuestros no muy estimados capitalistas de Italianni’s han leído nuestro blog y me han enviado una carta ofreciendo disculpas. Si bien acepto de muy buena gana sus disculpas por parte de la gerente de tienda (Verónica Ríos), a pesar de la mala puntuación, el logotipo copiado y pegado desde internet en un documento de “Word”, y, lo que más me llamó la atención, que escribiera el nombre de la empresa donde labora con letras minúsculas; si bien, repito, acepto las disculpas de dicha persona, no acepto las de su superior (Ricardo Cachoúa,; quien puedo suponer es el gerente de área o algo por el estilo, ya que le fue enviada una copia del mail), puesto que nunca él directamente me mostró su inquietud en el caso.
Aunque debo aceptar que contestaron raudamente (justo al día siguiente de la queja), aclaro que me queda un muy mal sabor de alma la resolución que decidieron darle al asunto. Cualquiera pensaría que una empresa de dicho porte ofrecería más que una disculpa en unas cuantas letras en un archivo con extensión “.doc” (un PDF me hubiera parecido más adecuado).
En mi opinión, y después de que tanta gente tiene acceso a estos mis disparates, hubiera sido una buena estrategia de mercadotecnia ofrecer, por lo menos, unas tres comidas gratuitas para ser rifadas entre los lectores de este blog; después de todo, ellos son los que hablarán bien o mal del servicio del lugar.
Y mientras Italianni’s le da menos importancia al asunto, yo le doy más, mandando la queja a los periódicos de mayor difusión de la ciudad y pensando ubicar a mis compañeros críticos como Mario Beteta en el mal servicio del lugar, aunque estoy seguro que ellos solos se dará cuenta tarde o temprano del servicio que brindan en la pequeña Italia en México.
Esperemos que, después de este recurso de queja (como diríamos los abogados), nuestros compañeros de Italianni’s recapaciten su resolución y devuelvan el gusto por el manjar itálico.
Que tengan un excelente fin de semana lleno de aventuras y disparates…
l día 31 de diciembre de 2014 acudí a recoger un pedido de comida que hice en Italiannis sucursal Pabellón del Valle para la cena de año nuevo. Pedí un Fettuchini con pollo a lla griglia, un pollo vollo dil angelo, un pollo pikata y una ensalada di mela en raciones abbondanza (ya que anteriormente mi familia y yo habíamos comido en sus restaurantes y nos había parecido suficiente y adecuado). Al llegar a recoger el pedido tardaron más de una hora en entregarlo, el pollo vollo parecía que lo habían tirado y solo lo echaron en el molde de unicel con los ingredientes de la guarnición incompletos y arrumbados, el pollo pikata no traía pollo (solo era una pasta como fideo del No.4 sin gracia alguna), la ensalada era una porción para una persona y sin ingredientes completos ni aderezo, el fettuchini era una porción mínima. Reclamé y las empleadas en forma grosera y haciéndose tontas daban vueltas de un lado al otro sin resolver nada. Una le dice a la otra "oyes, que le falta el pollo, dice" la aludida me dijo que así era el platillo por lo que tomé su propio menú y le mostré las fotos y las descripciones de los platillos. De mala gana se los llevó y se tardaron otros 20 min. Los trajo y le pedí que quería hablar con el gerente, dijo que enseguida venía, Lo solicité en 4 diferentes ocasiones y a personas distintas sin resultados. Al recibir el pedido me levanté para ver al gerente de Italiannis Pabellòn del Valle, que ahora sí apareció. Se disculpò porque estaban muy ocupados con su cena baile y pedidos; cuando le solicité mi ticket me dijo que el me enviaría la factura por correo electrónico (cosa que no ha hecho) y que no podía buscar el ticket a ver quien lo tenía en ese momento.Con el ticket podría haber reclamado en profeco o donde fuera necesario pero se quedaron con él y ya no lo devolvieron, lo que es otra muestra de que el personal de Italiannis Pabellón del Valle procedió con mala intención. Me fuí a cenar a casa muy disgustada y cuando serví la cena descubrí que el Fettuchini sabía completamente a quemado (se les quemó el pollo que lleva en fajitas). Una cosa grave de este negocio es la grosería y la incompetencia de sus empleados o la falta de conocimiento de sus productos (que hace que no sepan que el pollo pikata... lleva pollo!), pero la mala fe de darle al cliente la comida quemada por haber solicitado que le dieran lo que compró correctamente fue un acto de mala voluntad y de la calaña más despreciable que pueda haber en el servicio de restaurant. No sé si la comida le hara daño a mi familia por lo mal hecha que estaba y por que su actuación provoca desconfianza. Hoy día, me parece que el servicio es pésimo, la relación de precio servicio igual, el trato humano deja muchísimo que desear, los platillos no son lo que ofrece el menu, etc. Lástima, yo hasta antier tenía una buena opinión de esta cadena, por eso compré ahí mi cena de año nuevo, pero descubrí que no solo hacen las cosas mal sino también de mala voluntad. Ojalá a nadie le pase lo mismo, yo no recomiendo comprar ahí nada y creo que es necesario que lo sepa todo aquel que va a consumir ahí. El Fettuchini apestaba y sabía a quemado completo, por eso es justo decir que en Italiannis Pabellón del Valle apestan y eso los hace acreedores para aparecer en esta página mejor que nadie.
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