La Fila de las Letras Abismadas






Hoy... hoy no tengo ganas de escribir... no me nace... no lo siento... El escribir merece cierta nostalgia, la misma que ve nacer poetas... Un poeta sin dolor es una rosa sin pétalos: Sigue siendo poeta, pero no puede mostrar su fastuosidad. Y hoy no me siento poeta, sino más como una hoja en blanco o como un rincón en el espacio lejos de toda luz... ¿Escribir por obligación? ¡Bah!, eso es forzarse a amar algo que no se quiere. Mas, no obstante, aquí estoy, redactando ciertas letras que solas se enfilan para transformarse en palabras, oraciones y... todo sin sentido.

Vuelan mis dedos sobre el teclado de la computadora para decir... nada: Clack, clack, clack (espacio), clack, clack, clack (cambio de línea)... Vienen y van, vuelven y se detienen unos segundos, luego mis dedos continúan escribiendo hacia la vacuidad...

Quiero decir algo, pero no hay un tema, no hay un inicio, ni desarrollo, ni meta… Y aún así, explico, analizo mis movimientos sobre el ordenador y los imprimo en una hoja imaginaria… Nada… nada siento, nada pienso, nada temo… Y las letras siguen su curso, como el caballo corre sin saber su rumbo…

Me detengo… ¿qué hago?, o, mejor dicho, ¿por qué lo hago? No es otra cosa que la satisfacción de un ocio dominical; un evento para matar el tiempo, el aburrimiento… Escribo… escribo mil letras sin decir una sola oración con sentido y, aún así, me lees tú, querido lector… ¿Por qué? Si nada digo, si no hay algo aquí que pueda sacarte una sonrisa, una reflexión… ¿Por qué repasas tus ojos sobre estas grafías desordenadas? ¿Tratas, acaso, también, de matar el tiempo…?

Y nos vamos juntos, tomados de la mano… No, mejor dicho, de los ojos, hacia un abismo que ni bueno ni malo tiene…

Letras… letras enfiladas a un precipicio…

Y ahora pienso en cómo debo terminar esto que nunca empezó… ¡Ah, qué cosa más difícil!

Sólo digo… ¿qué digo?... Gracias… gracias, lector, por compartir un abismo sin sentido y desordenado conmigo… Gracias por compartir algo salido de la nada y que vuelve a donde comienza: A ningún lado… Tal como la vida misma… “Pulvis eris et pulvis reverteris”… o algo así…

Pero no acabemos dramáticamente algo que no merece drama. Terminemos diciendo algo como… Gracias a ti que lees, por compartir unos minutos de ocio conmigo.

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