Estoy cansado… es de noche… muy noche… Mi cuerpo pide dormir, pero mi alma me insta a escribir… Mas, ¿qué escribo? ¿Sobre el velo nocturno o sus rutilantes taciturnas? ¿Sobre el silencio que se afina bajo la dicotómica Luna…? Sí, hoy tengo ánimos de poeta, esa sensación medio extraída de este mundo que me llega en ocasiones como ésta… en el silencio de la noche… Pero, para ello, necesito despertar… Un cigarrillo… Sí, eso es, un poco de tabaco para encender el alma…
Vuelvo, han pasado pocos minutos, tengo la mente colmada de reflexiones filosóficas, existencialistas, teorías sociales, caminos hacia un estilo de vida de paz… Pero no, hoy no quiero ser aquel que divaga sobre espacios utópicos del ser humano… Hoy me siento poeta; quiero imprimir palabras elegantes, fastuosas, extrañas, románticas, sin un sentido cuerdo, surrealistas…
¿Un poema? ¡Bah! No quiero pensar en métricas ni rimas siquiera, estoy muy desgastado para ello… Prosa, prosa libre, pluma volátil que viene y váse y vuélvese aquí y acullá…
Y no necesito de una idea para hacerlo: Sólo debo sentarme y dejar que mi núcleo me harte de ósculos para reflejar aquello en albas páginas… Quiero hincar la cabeza del bolígrafo hasta que la sangre de éste me muestre letras palpitantes, multisonantes pero silentes a su vez; quiero que el negro de la tinta se llene de colores fulgentes…
Y bajo la sombra del Carro Mayor me implotan infinidad de letras… Y digo implotan por que no se dicen, sino se escriben, se sienten; son saetazos al centro de mi soma, me circundan como auroras sin destino… Y me llenan, me satisfacen el deseo de un provecho que no es provechoso a nadie, mas a mí me incinera el ego con una flama somnífera que arquea las comisuras de mis labios hasta el lóbulo de este par de ladeados oyentes…
No hay dolor, ni angustia, ni injurias, ni vilipendio alguno que me arrebate este sentimiento; pero tampoco hay paz, ni libertad, ni mucho menos verdades ocultas… Sólo yo, este ente que con reminiscencias de algún pasado olvidado muestra cierta melancolía venida de algo vacuo…
Y hablo sin decir, pero lo digo para mí. Soy una estrofa sin verso, una redondilla sin métrica, un soneto callado, murmurado talvez…
Hoy soy todo yo, pero ese yo es un nadie; hoy soy el silencio… el silencio de la noche…
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