La respuesta: La libertad.

¿Por qué la gente ama y, al mismo tiempo, repudia a los hippies? Entre tanta reflexión mía, es algo que aún no puedo comprender… ¿Cómo es que el mundo ha llegado a tal punto donde se evita el convivir con personas que promueven el amor entre la gente y la paz mundial, y, por otro lado, se toman como ejemplo a seguir a personas que pisotean al mundo mismo? ¿En qué momento alejamos a los que aman a la humanidad para cambiarlos por tiranos individualistas? ¿Por qué ese miedo tan infundido hacia la libertad? ¿Cómo es que la gente aclama, por ejemplo, a Ronald Reagan (quién por cierto se pronunciaba como católico ferviente), quien ordenó que finalmente la Guerra Fría debía “calentarse” (es decir, irse en armas contra la ex potencia mundial de la URSS con armas nucleares que hubieran terminado con el mundo de no ser por el brillante Gorbachov), quien insultaba a los hippies; hippies quienes tenían como objetivo abrir los ojos al mundo sobre el declive extremo en la sociedad, recordándoles que el amor de unos con otros llevaría a la paz mundial? ¿Por qué admiramos a los hombres que manipulan las masas con su poder y, en cambio, alejamos a quienes cuidan de la humanidad misma? ¿Qué nos hace merecer ser magnates prepotentes y acabar con los ánimos de un mundo humano? ¿No debería todo ser al revés?
Pero no, los medios, el dinero y el poder ganaron la batalla… El mundo, gracias al empuje extremo de los límites del capitalismo (y no lo digo para sonar rebelde ni comunista), se ha vuelto un lugar infinitamente egoísta, individualista, despreocupado, inhumano…
En el fondo, todo mundo sueña en algún momento con ser libre, aventurero, amar y ser amado, viajar por el mundo, ser activista, pacifista, libre… hippie… Pero nos gana el temor de vernos en la calle, abandonados, sin nada qué comer… Y sí, esto lo pensamos precisamente porque sabemos que en el mundo actual a nadie le importaría vernos morir por inanición bajo la sombra de un puente lejano; pero no es así… Cuando uno empieza a dudar, comienza a comprender; y cuando uno comprende, se entiende a sí mismo; y una vez entendida la esencia propia, concibes los porqués del mundo; y finalmente conoces a la gente. Y es en este punto donde aprendes a inyectar esa filosofía de vida a los demás: Ama, prueba, duda, no juzgues… ¡sé libre!
Y cuando eres libre, la gente te busca, pues sus almas piden a gritos ser también desencadenados, quieren ser felices, des-estresados… quieren respirar…
Hay quienes incluso dicen que los hippies son inútiles… ¿Realmente te hace sentir mejor llamarle inútil a alguien que cree inhumano tener cuentas bancarias de siete cifras a cambio de vivir su vida sentado en una oficina frente a una computadora? ¿Realmente crees que inútil es aquél que lucha por que tus hijos puedan vivir en una sociedad más altruista mientras tú te dedicas a alimentar un sistema que provoca desconfianza entre la gente? ¿Crees que por ir una semana de misiones a ayudar/alimentar a niños de la sierra te vuelve una persona preocupada por el mundo? Intenta cambiar la ideología del mundo y entonces verás la utilidad de aquella lucha…
¿Arriesgarse a ser pobre a cambio de amar, ser amado y buscar la paz mundial…? Querido lector, no sé tú, pero yo ya no lo pienso dos veces…