Crisis Existencial de una Hoja
Cuando la vida me vio nacer,
era tierna y verdosa,
llena de brillo y esperanza;
la arboleda admiraba mi ser,
era joven e impetuosa,
tenía al valle en mi palma;
Crecí y entendí mi poder,
tenía mil enamoradas,
y, desde la copa de mi árbol,
miraba al mundo hacia abajo.
Fui la envidia y el deseo,
fui el asombro en los retoños,
fui candidato a deidad,
mas, para ello, reglas había…
Crecí, me volví sedicioso,
busqué mi dulce libertad
y la supresión de las normas.
Comencé a perder buena fama,
me desentendí de los demás,
pues yo quería ser algo más…
Y, entonces, conocí al viento,
y quise convertirme en ello,
alejarme de todo e ir a donde fuera…
Y un día, quise cumplir mi sueño,
y me solté de mi rama, mi hogar,
y me aventé al mundo:
me alejé de todo lo que conocía…
Mas el viento no me quiso:
fui un estorbo más que aliado,
y me azotó al suelo, al piso…
Y ahí quedé, sola y deshecha,
abandonada y desentendida,
alejada de todas las mías…
Y ahora mi color se torna opaco,
pierdo mi fulgor y mi belleza,
muero segura y lentamente…
Y ahora, cuando vuelvo la mirada
hacia el árbol que tanto amé,
se me secan las entrañas
y la envidia me corroe…
Vida, me diste tanto y tanto
que quise ser extraordinaria
al punto de querer ser algo más…
Hoy quela muerte me supera,
me doy cuenta que mi soledad
es resultado de mi necedad:
quise ser viento y fui insensato,
pues por más brillante que fuera,
la hoja, hoy y siempre, sigue siendo hoja…
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