Versos en Prosa y Un Soneto Con Estrambote
Un par de poemas sinceristas para ti, querido lector...
-Mi Alma Indiferente (o Libertad de Pensamiento)-
Tengo el poder de la indiferencia
en las palmas de mis manos:
puedo violar a un mastodonte
o a la diosa más etérea;
colgarme en el alcohol,
o drogarme con cristales;
puedo beber un dulce néctar,
o la cebada más amarga;
ser un hombre elegante,
o algún patán siempre deseado;
puedo ser una caricia,
o mordidas instintivas;
conocer para olvidar,
y olvidar por qué conozco.
Tengo el cetro de la poca importancia
entre los dedos de mi mano:
Decir lo que pienso cuando quiero,
o querer no pensar lo que haya dicho;
presumir que nada tengo,
o esconder mis intenciones;
puedo amar un solo día
y ser amado por mil años;
caminar sobre la brisa,
o ahogarme en el pasado;
tengo ratos de tristeza,
y un hablar con sutileza;
soy el dueño de mi muerte
porque me importa, aquella suerte,
lo mismo que me vale
despertar por la mañana.
Que si el sol está nublado,
o que si llueve acalorado,
es como dejar crecer la barba
o rasurar un solo lado.
Que si subo, que si vuelvo,
que si despierto anonadado,
que si desaparézcome mañana,
o que si hay moho bajo el retrete...
Yo, sólo yo y mi indiferencia…
Nada vale, nada temo,
nada alabo ni existen juramentos;
No hay amor, no hay metas,
no hay sueños reprimidos
ni sueños qué lograr.
No hay nada; no hay cimas,
no hay suelo ni cielo
ni mismísimo infierno.
No hay nadie, no hay alma,
ni abstracciones que me muevan,
ni emociones que me animen.
Nada hay; nada…
Sólo yo y el poder que me alimenta:
La suprema, natural
e insuperable indiferencia.
-Reconociendo Parvedades-
Imagina un par de mundos distintos
donde viven dos culturas dispares,
frente a frente sus brillantes mitades
y alejados sus lugares sombríos.
Poco a poco, lentamente movidos,
van rotando y, así, muestran sus fases
en defectos y también cualidades
descubriendo los pasados vestigios.
En momentos se coordinan perfectos,
en instantes colisionan furiosos,
y en un tiempo reconocen verdades.
Soy un mundo que yo mismo me he hecho,
igualmente tú formaste ese otro,
mas podemos entender parvedades…
¿Perderemos interés por hastío,
nos iremos cada quien hacia su sol,
o seguimos renaciendo en nuestro amor?
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