La Teoría del Llaverito (primera parte)



1) Introducción: ¿Qué es la Teoría del Llaverito?

Al hablar de esta hipótesis nos referimos a ese intento generalizado de entender el rol tan importante que tiene la mujer dentro del mundo. Intentaremos mostrar cómo toda la evolución tecnológica gira en torno a la mujer y sus deseos de ser complacida. Nos adentraremos en el psique femíneo general para entender cómo es que el hombre es controlado, por motu propio, dando sentido a la famosa frase: “Detrás de un gran hombre, hay una gran mujer…”.

Antes que nada, quiero dejar bien claro al lector que lo que aquí se redacta son generalizaciones, aún estando consciente de que existen varias excepciones, pero sería tare imposible describir cada mente, cada mundo… Sin más, comencemos…


2) La Razón Masculina y la Mente Femenina

La mente del hombre es algo que funciona de manera esencial; es decir, los ojos de la razón del hombre ven hacia adentro, hacia el alma, hacia el núcleo, la esencia propia. Un hombre pudiera sentarse por horas para conocerse a sí mismo si es que viviéramos de otro modo; el macho (por género sexual y no por idealismos; aclaro esto porque la finalidad es evitar muletillas) no necesita tanto de la sociedad, a diferencia de la mujer, quien basa su futuro en la posición social. La mente de la hembra (repito, se trata de evitar reiteraciones en el vocabulario) es hiperactiva, constantemente en labor, siempre maquinando ideas y caminos para obtener su meta: Un lugar entre el mundo.

La razón del hombre está diseñada para ser creativa, mientras las mientes femeninas se concentran en manejar la creatividad de lo masculino. A un nivel intelectual, la mujer es la administradora, mientras el hombre es la mano de obra. El varón es pragmático, perceptivo, hedonista y comprensivo; ella es idealista, maquinante, presuntuosa y altamente competitiva. No debemos dejar atrás el hecho de que esto sucede gracias a la diferencia principal que existe entre ambos: éste tiene cierto lado animal, bestial; ésta es mucho más humana. Y al ser así, el ego en ella será mucho más alto que en el de él. Es mucho más sencillo que un hombre conviva con hombres, a que una mujer simpatice con mujeres; entre el sexo fuerte (lo digo por costumbre y no por machismo) existe cierta tendencia al entendimiento y la hermandad; en el sexo débil se tiende a deificarse por medio de una competencia brutal.

En resumen, podríamos diferenciar a los sexos del siguiente modo: El hombre, al ser más animal, tiende a ser humano, mientras lo femíneo, al ser humano, tiende a ser dios.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Comentarios? Por favor...