A Las Faldas de la Vida
No sé,
si sea generalidad,
si sea generalidad,
pero pienso que no
porque no parece
serlo
al juzgar las
actitudes
mayoritarias de la
gente...
Y no obstante, las
semejanzas
que todos
compartimos
me siembran la
sospecha
(o acaso fuera mero
instinto),
de que es certero
lo que creo...
Y si luego así aquello
fuere,
de esto me derivan
otras dudas:
si es que aquello
no lo saben
o si lo entienden
pero no lo quieren,
aunque, francamente,
me lo antojo
ya más como que no
se atreven;
pues es absurdo
rechazar
cualquier
conveniencia propia:
aunque tal ya se
haya visto
en los anales de la
historia;
mas lo que pienso
es diferente,
pues no logro
inferir clave alguna
que justifique no desear
lo supuesto;
de otro modo, sería
esto
un mundo de
héroes...
Y a pesar de las
preguntas
que me nacen por
intriga,
esto no me angustia
ni me turba,
conque exactamente
lo que explico
evita que esto me suceda...
Así,
sin más suspenso en
la palabras,
digo que el secreto
en lo anterior
(que quizá ya no lo
sea si se sabe),
es que de pronto un
día descubrí
que la vida se hace
vida en realidad,
realmente se hace
justa vida ésta,
ante una absurda epifanía
pero cierta en su
ironía:
la vida se hace
a sí solamente
al despojarle plenamente
de su valor sobreestimado:
a la vida, como
todo por aquí,
hay que tomarla
desnuda
y amarla luego así,
como es,
no como se pretende
que sea,
no ataviándole de
adornos ni vestidos:
a la vida hay que
arrancarle las faldas
y violarle toda
regla y toda norma,
obligarle de tal
forma
que ya termine por
amarte
por ser aquel que
le denigra,
quien le desprecia
y le deprecia,
y que sólo así
comprenda
que tu odio
lujurioso
viene de un amor
que hubiste pretendido
mas nunca fue
correspondido...
Y es que la vida
vale igual
que un aire
pasajero
o el haz perdido de
un lucero...
Aprendemos a vivir,
al desprendernos de
su quid…
Esto lo descubrí,
de pronto un día
así,
pero tengo la
sospecha
que ya desde antes
lo sabía...
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